Monday, December 17, 2007

Se fue sin decir nada... aún así, la llevo en mi oreja



Ya les había hablado de Confeti, mi linda gatita. La más bella del mundo, la más cariñosa, también la más necia y la más traviesa. No escuché las leyendas urbanas, esas que cuentan que los gatos tienen fama de malagradecidos, que tarde o temprano se van de tu casa, que no te dicen ni gracias, y que regresan después de mucho tiempo, cuando por fin se cansan de vivir la vida loca.

Pues es lo que pasó con Confeti. De nada valieron las muestras de cariño, de nada valió pasarle la destrucción de un par de zapatos, de nada valió llegar a la casa y llamarla: Confi, confi ¿donde estás tú? no señor, de nada sirvió todo eso.

Confi Confi se marchó y "ni un allante" me dejó. No obstante yo la sigo queriendo tanto o más que antes, la llevo siempre conmigo. Para muestra basta un arete.

1 comment:

Marta said...

Ya regresara.