Ya comienza la cuenta regresiva, de repente veo la casa "patas arriba". Recoger por aquí, recoger por allá, colocar cajas y más cajas de cosas llenas de sentido.
La nueva casa está limpia y pintada, interesantes sueños nos esperan, pero yo siempre recordaré lo que este hogar significó para mi, los gratos e inovidables momentos que aquí viví, incluso aquellos que considero totalmente desagradables.
Una puerta se cierra y otra se abre y a mi me quedarán los recuerdos. Es agotador colocar todo en cajas, decidir que se va, que se lleva a la basura. Por ejemplo, tuve que hacer una limpieza con mi área de revistas porque ya son demasiadas (aunque creo que las revistas nunca sobran, en este caso tuve que hacer limpieza, lo que ya no nos sirve debe dejarse atrás.
Sin embargo hay cosas a las que me apego, como por ejemplo a mi colección de Glamour (mi revista favorita) y a mis primeras compras hechas magazine.
Esta que les muestro fue la primera revista que pude comprar sin pedirle dinero a mi papá. Logré alcanzar a Cosmopolitan con mi propio bolsillo a los 17 años.
Asora esa portada, Rebeca Romijn está preciosa y el azul turquesa terminó por conquistarme. Después de esta llegaron cientos de Cosmopolitan y con todo lo que he leído en ellas, aún no me considero una experta en sexo (aquí entre nos, pienso que nos venden un sueño jajajajja) Pero no puedo negar que los truquitos ofrecidos han servido de mucho. ;)
Les mantendré al tanto con los nuevos sucesos de mi mudanza número... Ya perdí la cuenta.
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