Friday, October 02, 2009
El verano terminó y con el se fueron todas las cosas que lo hicieron diferente. Fue este un verano muy especial en mi vida, sucedieron tantas cosas y tan rápido que apenas loa asimilo.
Me considero una mujer dichosa, aunque me paso la mitad del tiempo quejándome. Dios me dio la oportunidad de ver como sucederían las cosas al tomar decisiones alternativas, ante todos los casos salí ganando... La verdad, ni me lo creo.
Este verano crecí mucho como persona y aunque siempre lo había hecho inconsciente y subjetivamente, esta vez tuve bien claro el valor que debo tener para darme a respetar, para pedir lo que quiero, para desechar a la clara lo que no quiero, y para exigir lo mejor del mundo.
Tomé las riendas totales de mi vida este verano, las tomé absolutamente. Gente agradable llegó a mi vida, gente valiosa salió por un tiempo de mi vida, gente indeseable entró a mi vida por asalto, saliendo luego con el mismo ímpetu.
Yo me siento dichosa y satisfecha, así como han anunciado los pronósticos este ha sido un año de crecimiento para mi. Lo que me ayuda a ser mejor se suma a mi, loq ue podría dañar el buen ánimo que tengo para vivir, se aleja solo, sin provocaciones y sin dramas de por medio, yo me siento dichosa.
Increíblemente, esta cartera me acompañó durante todo el verano. Sin exepción cada día me acompañaba en el hombro.
Es una Etienne Aigner que aunque no lo crean se la compré a una amiga por RD$200. Creo que ella no sabía lo que tenía, por el contrario yo si supe lo que vi, cuando me la presentó en bandeja de plata.
El otoño llegó y me emociona pensar si traerá algún cambio, me emociona pensar las nuevas personas que espero lleguen a mi vida a sumar, no a restar.
No sé que cartera me acompañará, espero que la que tenga la suerte sea una que deje en mi maravillosos recuerdos, como esta.
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