Diana and the City

Quizás uno de los puntos más interesantes de Sex and the City 2, fue ver a las chicas subidas a la máquina del tiempo. Los looks "ochenteros" nos dan una versión real de lo que fueron ellas cuando buscaban su camino y voz propia, antes de convertirse en las mujeres fabulosas que son hoy.

Y es que todas pasamos por ese proceso, es un camino largo el que recorres tratando de encontrarte a ti misma. Es asunto de prueba y error el lograr finalmente conocerte y crear un estilo personal que no solo se refleja en tu ropa sino en todos tus actos.

Te equivocas mil veces, te caes, te levantas, te caes, te levantas, crees en gente en la que no debes creer, te traicionan, te duele, lo sufres, te caes, te levantas, te caes, te levantas... Y un buen día despiertas y te das cuentas de que lo que no te mata, te hace más fuerte.

Has superado tantas vicisitudes que nada ya puede hacerte daño, y es cuando floreces. Y de repente, como de la nada, todos comienzan a notar algo diferente en ti, tu belleza y autenticidad marcan, comienzan a ser percibidas. Eres tu misma y lo celebras, eso se transmite.

Haciendo caso omiso a la modestía, debo decir que pertenezco a esos casos que bien pueden compararse con el buen vino: Yo he mejorado con los años. A mis 18 parecía una niña de 14 (no les miento), era muy insegura, le tenía miedo a todo y debía andar corriendo como loca para llegar a casa cual Cenicienta, antes de las 12. Han pasado 9 años y de esono queda ni la sombra. No considero estar en el grupo de las más bellas, pero de algo estoy muy segura... Estoy en el grupo de las más fabulosas, así lo siento y es todo lo que importa.

Yo soy la de la sonrisita. Me dí a la tarea de vestir de negro, pero para nada punk. Aquí ya me estaba despidiendo, debía llegar antes de las 12: am a casa... Yo era Cenicienta.

Han pasado varios años, he chocado con la realidad y les digo con todo seguridad que queda muy poco de la niña que ven ustedes en esta foto. Evolución, de eso se trata.