Porque siempre es bueno recordar posteo esta entrada. Aquella fue una tarde mágica, de esas que no se planifican y se recuerdan para siempre. Sucedió en los días previos a la partida de mi amiga Rosemary.
Ella es una persona muy especial en mi vida y en mi transcurrir en esta ciudad. Nos conocimos en nuestro último año de colegio y a partir de ahí nos hicimos inseparables.
Hace dos años decidió abrir sus alas hacia otro rumbo -destino NY- y no quiero exagerar, pero nada ha sido igual después de su partida, y es que ella es de esas personas que ponen las pilas donde quiera que llegan y arman los coros donde menos te imaginas.
Radhamés y yo la acompañamos en esos días a hacer sus diligencias antes de decir "Au Revoir".
Pronto estará de regreso y yo tendré nuevas cosas que contarles sobre nuestras aventuras en la ciudad.
Hasta entonces, me queda esta linda foto de recuerdo.
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