Thursday, June 01, 2017

Un post al rosa




Sasha Luss posa para el lente de Steve Pan. Vogue Japan


Ciertamente el color rosado nunca ha sido mi favorito. Incluso de niña, cuando se suponía que por "default" me declarara devota de todas las cosas en tono rosa (porque es el color de la Barbie, de las princesas y demás) nunca fue así. Sorpresivamente siempre elegía el azul y en una etapa más adelante el morado, luego hasta el negro  ¿Pero el rosa? ¡Eso nunca!

La verdad no se si era predisposición o una animadversión natural a ser diferente al resto, talvéz simplemente percibía que el rosa era el favorito de tantas niñas y eso le quitaba el toque original... Las razones que puedo dar son múltiples para explicar porque nunca me gustó el rosa (o rosado, como también le llamamos) y ninguna resultará una justificación suficiente.

La vida como es de esperarse te lleva por muchos caminos, te lleva a descubrir nuevas cosas y a replantearte otras, que pueden contar desde cuestiones existenciales (¿Qué hago aquí? ¿Cuál es mi propósito en la vida?)  hasta ver un color que nunca fue tu favorito con una perspectiva diferente.

Justo al inicio de mi década de los 20, una de mis mejores amigas decidió "intoxicarse" de rosa. Lo declaró "su color favorito por los siglos de los siglos" y como resultado recibí una dosis obligatoria de el -hasta entonces-  por mi ignorado color. Podría decir que ella se convirtió en una Barbie de la vida real, pero mucho más chic. Su closet se llenó de este color durante muchos años, pintó las paredes de su habitación de rosa vivo y todos sus accesorios y complementos eran un verdadero estudio de la paleta de color "and all the things pink".

Muchas cosas en rosa siguieron llegando. Para aquel tiempo se estrenó la muy divertida película Legally Blonde y genialmente la dirección de arte se concentró en este color porque quizás es lo que siempre se espera de una chica linda, rubia y plástica (que al final demostró no serlo tanto). Entonces comencé a ver el sentido del humor que se conecta con el color rosa, tan intrínsecamente ligado a lo femenino. 

Como tendencia el rosa ha ido y venido, estableciéndose como favorito en una que otra estación. Desde el pasado 2016 cuando la casa Pantone declaró al Rosa Quarzo junto al Azul Serenidad como colores del año, hemos visto un claro resurgir de este color como favorito una vez más, pero esta vez de una forma más sutil. En esta ocasión se aleja del vibrante y el electrificante fucsia que una vez reinó, para mostrarnos toda su majestuosidad, la paz y la felicidad que puede transmitir.

Así he redescubierto y me he conectado con el rosa. Coincidencialmente he vuelto a ver la famosa película "Funny Face" observándola esta vez de una forma más analítica y amando como nunca al personaje de Maggie Prescott, interpretado por la actriz Kay Thompson.


Dicen que el personaje de la célebre editora de la revista imaginaria "Quality", aquella que ordena a sus asistentes vestirse, "vestir" la revista y pintar el mundo de rosa, fue inspirado (y no me cabe duda) en la mítica Diana Vreeland. Me resulta simplemente encantadora la famosa escena en la que llega a su oficina decepcionada con las páginas mustias de su adorada revista "Quality". Tras un monólogo admirable le llega la brillante idea, la esperada inspiración...

"Banish the black, burn the blue and buried the beige! From now on girls...




Think Pink!

Y a partir de ese momento se desarrolla uno de los números musicales más recordados del cine Hollywoodense. Como todo en la vida este reencuentro llegó para mi en el momento preciso e indicado, llevándome a descubrir tantas imágenes de inspiración con este color como protagonista.

La mágica ley de la atracción hizo lo suyo y de repente el rosa comenzó a surgir en forma de inesperados detalles... Perfumes, labiales, vestidos, esmaltes ¡Todo en rosa!

Las páginas de revistas se pintan de rosa y los diseñadores lo proyectan más allá de la primavera, colocándolo como una apuesta segura para el resto del año.


Haciendo un poco de retrospectiva no podría dejar de mencionar a Hotel Budapest, película bajo la dirección de Wes Anderson que nos mostró el rosa en una dimensión completamente nueva. La dirección de arte tenía una tonalidad de rosa muy especial, daba un aspecto retro y a la vez muy moderno.  El mundo creativo la percibió, retomando el rosa en sus paletas, jugando con éste en nuevas dimensiones e inspirando sus trabajos, motivaron desde su visión esta nueva ola del rosa que más allá de la ropa en los escaparates de las tiendas, toca el diseño y el arte en sus diversas disciplinas.



Es un color que rebasa el tiempo, y ya ha dejado de ser moda para definirse como un gran clásico. Una de las cosas más interesantes que proyecta el rosa es la diversidad de emociones que provocan sus tonalidades... Muy parecidos a los cambiantes estados de ánimo de una mujer.

La fuerza de un fucsia casi rojo, la calidéz de un rosa coral, la ternura del rosa bebé o el estado de paz que transmite el rosa té. El lado más divertido, coqueto y hasta un tanto superflúo del "hot pink", lo infantil del rosa chiclet, la madurez que proyecta el rosa malva, o la belleza sublime del rosa ballerina... ¡Somos tantas cosas al mismo tiempo! Así como el rosa y sus diversas tonalidades.

Esta especial de "reencuentro" con este color ha traído muchos recuerdos a mi memoria, aquellos de mi niñez, cuando no soportaba nada en rosa porque "demasiadas niñas elegían este color"  😂😂 (esto me cuenta mi madre que decía) hasta aquellos espléndidos años al final de mis teens cuando mi mejor amiga decidió que pintaría el mundo de rosado y ya está 🙆.

Dejarme inspirar por este color me ha llevado a reencontrarme con la niña que fuí, y me ha invitado a analizar a la mujer que soy hoy, una que está en su búsqueda interior y a las puertas de una gran renovación. Como resultado tengo un nuevo tono de rosa en mi paleta especial. Es iridescente, holográfico y al mismo tiempo guarda las carecterísticas que hacen de este un color muy especial y femenino sin lugar a dudas.




Este re descubrimiento del rosa me ha invitado a dar un nuevo viaje y de éste, me consta, no regresaré igual...






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