Saturday, February 02, 2008

La perfecta heroin chic











El término heroin chic se adueño del vocabulario fashionista en la década de los años 90. Una largirucha modelo de nombre Kate Moss y de nacionalidad inglesa, revolucionó y escandalizó al mundo con su figura de mariquita y las costillas que se asomaban en su torso.

Agentes, diseñadores y fotógrafos de la industria la adoraban por el efecto desaliñado y poco recargado que tenía, bautizando el suyo como el estilo heroin chic.

Sin embargo, 30 años antes una chica llamada Twiggy, tan o más delgada que la Kate Moss revolucionó el mundo de las pasarelas con su delgadez extrema, llevando sobre la frente las acusaciones de anoréxica y bulímica. El cuerpo esquelético pareció ponerse muy de moda en los 60 y Twiggy, quien vivía en Inglaterra no fue la única en llevar la estampa.

Al norte de nuestro continente un niña rica y caprichosa de la costa californiana, comenzaba a tejer su mundo para convertirse en una trendsetter. Su nombre: Edie Sedgwick, su marca personal: El escándalo.

Con un historial de enfermedades mentales en su familia, la joven Edie no escapó a la mala fortuna. Al terminar la escuela secundaria se trasladó hasta Nueva York buscando fama y fortuna como modelo y actriz. Frecuentando la escena artística de aquellos días conoció a Andy Warhol, quien la introdujo en su círculo que denominaba La Factoría.

Rápidamente Edie y Andy se hicieron inseparables y juntos colaboraron en varios proyectos de La Factoría. Al mismo tiempo frecuentaban las discotecas de moda distinguiéndose por su estilo.

Edie especialmente, supo como destacarse del montón llevando la moda como bandera. Revistas como Vogue y Bazaar la citaban como It girl o chica de moda.

Acostumbraba a llevar medias negras, vestidos corte A y el pelo rubio muy corto, unas largas pestañas que destacaban la preciosa mirada que tenía.

Participó como actriz en numerosas películas underground producidas por Warhol: Poor little rich girl, Ciao! Manhattan, Vinyl, Beauty No. 2, Outer and inner space y Chelsea Girls.

Mientras su fama subía como la espuma, también subía su descontrol y el consumo de cigarrillos y drogas. Después de conquistar la escena junto a Andy Warhol llegaría su separación, no sólo la profesional, sino también la de amistad.

Comenzó a recibir tratamiento psiquiátrico con el famoso Dr. Wells, reconocido por tratar a varios "perdidos" famosos de la época. Allí conoció a un paciente de nombre Michael Post, iniciaron una relación amorosa y pronto contrajeron matrimonio, esto le proporcionó cierta estabilidad y le ayudó a reparar los pedazos del corazón roto que le había dejado Bob Dylan.

Aunque trató de enmendar su pasado, Edie notó que este siempre la perseguía, de hecho, terminó por matarla. En la noche del 15 de noviembre de 1971 asistió a un fashion show en el museo de Santa Bárbara. Allí encontró quien la adulara como siempre, también encontró quien proclamara su fama de drogadicta. Un invitado la acusó delante de todos de ser adicta a la heroína y fue esta la gota que rebasó la copa.

A la mañana siguiente la encontraron muerta en su habitación. Tenía 28 años y una sobredosis de barbitúricos mezclados con alcohol acabaron con su vida.

Muchos dicen que Edie fue víctima de aquella sociedad insaciable, se sumó a al estadística de los jóvenes que se marchan a destiempo por haberlo tenido todo sin ningún control.

La película Factory Girl, protagonizada de manera formidable por Sienna Miller cuenta su historia. Puedes alquilarla para saber más de ella.

Su muerte sirvió como ejemplo para los que gustan del exceso y de tocar lo prohibido. Si bien fue una chiquilla confusa con mala reputación, su estilo incomparable quedó marcado en la mente de muchos en el mundo fashion, que aún hoy alaban su confianza para ser diferente al vestir y servir de pauta a las que consideran atractivo el famoso "heroin chic style".

1 comment:

Marta said...

Es sorprendente como acabamos admirando la gente alocada al final. Buen post! Thanks!