Wednesday, November 04, 2009
En El mago de Oz el hada buena le da a la cándida Dorothy la clave para volver a casa: Sigue el camino amarillo, sigue el camino amarillo, sigue el camino amarillo, sigue el camino amarillo.
Estas líneas -bien amarillas- de alguna calle en Los Jardines del Norte me invitaron a recordar a Dorothy, al hombre de hojalata que buscaba un corazón, al espantapájaros que deseaba un cerebro para pensar y al león cobarde que buscaba ser valiente.
Me invitó a pensar en lo bonito de la vida, en las lecciones que recibimos cuando estamos en busca de "algo" que finalmente encontramos, en ese deseo que debe siempre quedar latente de regresar a casa, de recordar de donde venimos.
Una voz dulce me dice "Sigue el camino amarillo" y la estoy escuchando -léase bien- no la estoy oyendo... La estoy escuchando, con todo mi corazón.
Y sí, yo seguiré el camino amarillo y lo haré con fé. Al final se que encontraré valor que así como al león me hace falta, cultivaré mi corazón y le pediré a Dios que lo haga cada día más dulce, cultivaré mi cerebro y pediré a Dios que me ayude a administrarlo correctamente.
Yo seguiré el camino amarillo y lo haré con fé, con entusiasmo... Al final, sé que recibiré como regalo unos preciosos zapatos de rubí y el placer sincero de disfrutar con los mios lo mejor de mi existencia :)
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