Sunday, August 07, 2011

Meditaciones en la Ciudad: "El reino de la chiripa".


Muy emocionada les presento mi nueva columna : ) : ) : )

Es publicada un sábado sí-un sábado no,  días en el cuerpo de la sección La Vida del Listín Diario.

Aún está proceso de desarrollo... Muchas cosas maravillosas vendrán con ella, así que estoy haciendo espacio en esta agenda de locura para entregarme a la aventura de escribir.

Ya han salido tres, las estaré posteando y bueno, pues nada, espero que me acompañen en este mágico recorrido.


El Reino de la Chiripa

Santo Domingo es una ciudad de contrastes. Están los pobres, están los ricos, están aquellos a los que todo les sobra y están aquellos a los que todo les falta.
Tapones por todos lados te borran el bonito semblante con el que despiertas, y mientras vas rodando sobre tus cuatro ruedas, encuentras cientos de historias.
Los protagonistas son anónimos, al mirarles les invento un guión donde cuentan el día a día, y sus días anteriores y sus sueños anteriores. En esas calles taponadas de Santo Domingo es donde los contrastes se aprecian en su justa dimensión. Por cada carro público y destartalado en la vía, encuentras un auto de marca exclusiva, y por cada persona exclusiva que se dirige a sus compromisos, encuentras en cada esquina un comercio activo y creciente… Es una imagen surreal.
Muchos se han cansado de “trabajar para el inglés”, a otros no les queda de otra.
Te ofertan desde tarjetas de llamada hasta parabrisas, desde peces miniatura hasta perritos de raza pura.
Relojes de colores, frutas, tablas de multiplicar, lentes baratos pero a la moda, dulces variados y la lista sigue, indicando que el abanico de ofertas se ampliará. Debes llevar contigo suficientes monedas, así colaboras con los limpia vidrios… El número aumenta cada día, es triste e injusto. A veces me digo: “Debes hacer algo”, pero como a muchos les pasa, al sentarme en mi escritorio dejo que la indignación se me pase y comienzo a resolver pendientes, a fabricar ideas, a flotar buscando inspiración.
En cuestión de una hora todo se olvida y sigues. Al final de la tarde, de regreso a casa, la realidad vuelve a golpearte y hasta te sientes culpable. Sin embargo esos protagonistas de los que hablé al principio siguen sonriendo, y sin quejas tratan de hacer una venta… Es eso o nada. Habitan resignados en el reino que han creado. En cada intersección los puedes observar, mientras los semáforos cambian, mientras un AMET se convierte en dueño de las señales, mientras el día se convierte en noche y la ciudad calla en espera de volver a despertar.


Por aquí les dejo el link para que lean la versión digital. Meditaciones en la Ciudad por Diana Suriel Núñez

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